martes, 23 de septiembre de 2008

Érase una vez

Érase una vez,
hace mucho, mucho tiempo,
había un lejano país, caluroso en verano
y helador en invierno;
amable en julio,
triste en enero.
Sus habitantes eran iguales a él,
a veces alegres y sonrientes,
otras tantas fríos y obtusos.
La primavera no tenía cabida
en un lugar como aquél,
no formaba parte de sus dos caras.
Pero eso fue una vez,
hace mucho, mucho tiempo,
en un país muy, muy lejano.

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